BASTARDOS

No se cosechan higos de la zarza, y esos jóvenes políticos no son la salvación de España sino hijos bastardos de un poder corrupto. Hemos perdido el norte y la única forma de recuperarlo es devolverle a la tradición su papel de hilo conductor del progreso. Rota la referencia con los valores del pasado hemos quedado sin la necesaria orientación para vivir, a merced de las modas. A semejanza de esas películas infantiles en que "unos malos" intentan adueñarse del mundo, hay en nuestros días personas que han acumulado mucha influencia y que -anegada su conciencia de violencias- han hecho de mandar el sentido de sus vidas. Pero en la armonía de la creación no se puede obviar el amor, el altruismo, y así, pretendiendo una sociedad perfecta a base de pagar muy bien a los más inteligentes para que la diseñen, siempre cojea de algún sitio su proyecto. España lleva tiempo siendo el conejillo de Indias de esos diseños, tal vez pensando en que por su carácter bisagra -entre la modernidad...