LA MISERICORDIA
“…su canto al sol dispara/despierta al soñoliento/y al que pecó lo encara/con el fulgor de la verdad.” Esto es de un himno de la Liturgia y me ha venido al considerar que lo que voy a decir es como el canto que dispara la honda de David para matar a Goliat. Acabo de llegar de la Catedral Primada adonde me ha llevado la apertura del Año de la Misericordia. Procesionamos una multitud de cristianos cantando himnos y salmos hasta entrar por la Puerta del Perdón. Iba con nosotros la imagen del Cristo de la Vega. Fui mucho rato a su lado, mirándole y rezándole. Me fijé en sus pies y en su mano, clavados al madero, y en esa otra, larga y tendida hacia nosotros. Me concedió ese Cristo, Hombre y Dios, vivo y verdadero, meditar un rato en su misterio: Coronado de espinas, la cabeza inclinada ante el verdugo con la más profunda humildad, destilando Amor por sus heridas; y para colmo, si además de muerto y vivo para siempre, con tal de que uno se lo crea, por si lo que muestra La Cruz no fuera lo...