MUJER, STATUS QUESTIONIS

La Nueva Mujer

"La mujer es inexcrutable. Sus más triviales actos pueden ocupar volúmenes y sus decisiones más extraordinarias pueden depender de una horquilla o de un peinado". (Sherlock Holmes)

Ocho de cada diez españoles se entera de lo que pasa usando el móvil, y de ellos sólo uno lee textos con oraciones subordinadas complejas. Una foto, con un titular, es el producto informativo estrella.
Si abrimos hoy La Razón (7:00 h.) vemos en primera plana al Presidente con mala cara y leemos: El objetivo del PP: "Aguantar hasta Navidad". El cuerpo de la noticia lo consultan pocos, y lo que corre por ahí es que el Gobierno está acabado, aunque el titular hable sólo del PP.
Esto es un ejemplo claro de la manipulación mediática que realiza el móvil. Y con semejante instrumento es fácil tumbar gobiernos y manejar países.
Ese avasallamiento sólo se frenaría a base de educación y por eso es tan fuerte la presión sobre el mundo educativo. Pero, mientras que la legislación que atornilla la labor docente es exhaustiva, la que obliga a los magnates de la prensa cabe en el siguiente párrafo:
"Artículo 6. El derecho a una comunicación audiovisual transparente.
1. Todos tienen el derecho a conocer la identidad del prestador del servicio de comunicación audiovisual, así como las empresas que forman parte de su grupo y su accionariado.
A tal efecto, se considera que el prestador está identificado cuando dispone de un sitio web en el que hace constar: el nombre del prestador del servicio; su dirección de establecimiento; correo electrónico y otros medios para establecer una comunicación directa y rápida; y el órgano regulador o supervisor competente.
2. Todos tienen el derecho a conocer la programación televisiva con una antelación suficiente, que en ningún caso será inferior a 3 días. En el caso de la programación televisiva, además la programación se dará a conocer mediante una guía electrónica de programas, cuyo contenido gratuito básico deberá estar asimismo disponible en un servicio de información de programación en Internet mediante un archivo procesable por máquinas, de formato descargable, cuya estructura deberá ser de conocimiento público, y ubicado en una página web cuya disponibilidad será responsabilidad del prestador del servicio de comunicación audiovisual. La programación sólo podrá ser alterada por sucesos ajenos a la voluntad del prestador del servicio audiovisual o por acontecimientos sobrevenidos de interés informativo o de la programación en directo. El servicio de información de la programación en Internet deberá disponer de mecanismos de aviso de que la programación ha sufrido modificaciones de última hora.
3. Las informaciones a que se refiere este artículo contenidas en páginas de Internet, guías electrónicas de programas y otros medios de comunicación de los prestadores del servicio de comunicación audiovisual que sirvan para hacer efectivo el derecho a la transparencia regulado en este artículo, deberán ser accesibles a las personas con discapacidad.
4. Los poderes públicos y los prestadores del servicio de comunicación audiovisual deben contribuir a la alfabetización mediática de los ciudadanos.
5. Todas las personas tienen el derecho a que la comunicación comercial esté claramente diferenciada del resto de contenidos audiovisuales, en los términos previstos por la normativa vigente.
6. Las páginas de Internet, las guías electrónicas de programas y demás canales o vías de comunicación de los prestadores del servicio que sirvan para hacer efectivo el derecho a la transparencia regulado en este artículo, deberán ser accesibles a las personas con discapacidad.
[Resumido de la Ley Audio-Visual del 30/3/2010. El resto del articulado menciona y detalla lo relativo a la pluralidad, diversidad cultural y lingüística, los menores, los discapacitados y el derecho a participar en el control.]
Este es un panorama común al mundo occidental y es una coyuntura de cambio hacia una dictadura digital (digidic), con una población analfabeta y adormecida y una élite despótica. Pero para su plena vigencia hace falta destruir el Derecho Natural y las bases morales que sustentan nuestras sociedades. Y eso se está llevando a cabo por medio del engaño, la traición y la siembra de cizaña.
En educación, la fragmentación del saber, la desintegración personal marginando del aula las emociones, y el incentivo de la competitividad, son los ingredientes básicos para dividir y aislar.
Los medios hacen el resto fomentando la rivalidad entre grupos sociales, la inmoralidad pública y toda iniciativa que vaya contra alguien; el llamado género, por ejemplo.
"¡Mujer, basta ya! No aguantes más, denuncia a tu marido. Llama ahora mismo al 333 y te lo arreglamos todo." La Policía Nacional circulaba hace unos meses con ese anuncio en la carrocería de sus coches. Mientras tanto, no había crimen con víctima femenina que no recibiera amplia difusión mediática.
¿A quién beneficia identificar mujer con 'víctima del varón'? Esto lo dejo estar como el que no siendo experto en explosivos, no osa acercarse.
Antonio Machado, corríjanme si me equivoco, escribió que en este país mandan las mujeres y si hace falta a escobazos; y ya muerto el poeta le dieron el cambiazo y, birlándole esos versos, le enjaretaron los tristemente famosos de las dos Españas, que él no escribió. Por lo demás, afirmó a los 30 años haber amado en las mujeres cuanto en ellas encontró de amable ("Retrato") y a los 35 se casó con una niña de 15.
Mi experiencia es también que en esta parte del mundo las mujeres no son esas víctimas que la industria perversa nos está vendiendo. Por un clavo se perdió una herradura, por ésta un caballo y con él un militar; caído el general se perdió la batalla y, por ella, la guerra. 'El clavo' -o dolor de cabeza- que maneja una mujer, puede suponer tantas o más víctimas mortales como las que pesan sobre los varones.
Lo que me preocupa es que esa visión simplista y maniquea de los medios, a base de repetirse, esté llegando a penetrar incluso entre los más llamados a combatirla. Se va metiendo aprovechándose del 'buenismo' inducido por relaciones sociales teledirigidas y constrictivas, normativizantes, sintomáticas de una creciente merma de libertad individual.
El cambio que se va operando supone la sustitución de un modelo de hombre basado en la Revelación cristiana, que asume nuestra condición de criaturas y con ello posibilita la libertad en el ámbito del amor desinteresado. La visión de la vida como un regalo, su gratuidad, trae consigo un plus de creatividad ligada al agradecimiento; un plus que desaparece en la nueva antropología que sustituye a Dios-Amor por el dinero, reponiendo el primitivo y salvaje 'ojo por ojo'.
Al peligro de los 'confiados' hay que añadir la creciente ceguera que afecta a los que, también por miedo, apartan su vista de las escasas luces que aún brillan, quedando a merced de los falsos profetas. Éstos, extraviados por alguna pasión inconfesa, adquieren una 'sabiduría' engañosa, que arrastra consigo a muchos caminantes desorientados.
Cierto prelado, de los que de vez en cuando aparecen en los medios opinando sobre cuestiones doctrinales polémicas, ha organizado un gran congreso con luz suficiente para destapar la miseria que encubre la mediática defensa de la mujer. En un texto suyo se lee:
«La condición para asegurar la justa presencia de la mujer en la Iglesia y en la sociedad es una más penetrante y cuidadosa consideración de los fundamentos antropológicos de la condición masculina y femenina, destinada a precisar la identidad personal propia de la mujer en su relación de diversidad y de recíproca complementariedad con el hombre, no sólo por lo que se refiere a los papeles a asumir y las funciones a desempeñar, sino también, y más profundamente, por lo que se refiere a su estructura y a su significado personal».
Como hemos visto, en la teología feminista radical «los testimonios de la revelación ya no son fundamento y norma para exponer la dignidad de la mujer; más bien una determinada comprensión de la emancipación se convierte en la clave hermenéutica única y últimamente válida para la interpretación tanto de la Escritura como de la Tradición»; es una forma de hacer teología desde el punto de vista del feminismo, es decir, desde presupuestos ideológicos. La enseñanza de la Iglesia es radicalmente distinta, pues propone el estudio teológico de la cuestión a la luz del designio amoroso de Dios: es lo que el Papa Francisco ha llamado «una teología de la mujer». (Sic)
No obstante la noble intención que se cita en su texto, se desliza el error en las últimas palabras al separar lo que de suyo es inseparable. La Creación, al servicio del ser humano, es un regalo de Dios a un ser hecho a imagen y semejanza suya; un regalo del 'Uno y Trino' al que es 'hombre y mujer', "una sola carne", diversos pero complementarios, concebidos en cuerpo y alma para donarse mutuamente y alcanzar así su fin en el amor fecundo. Cabe solamente hablar de una "Teología del cuerpo" para avanzar con seguridad por la senda buena de una 'nueva mujer' para una nueva humanidad.
Conclusión: Cada mujer (y cada hombre), al empezar la jornada, haría bien en preguntarse en nombre de Dios: ¿qué puedo hacer yo hoy para que el mundo sea mejor? 
Y si encontrara así el Creador, mañana o pasado, la puerta de los corazones abierta, en un instante disiparía  las tinieblas del error que nos impiden ver en cada semejante Su espléndida imagen.






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