ESPAÑA, VIRTUAL O VIRTUOSA

UNA, DIVERSA Y LIBRE


Como una metáfora de la actualidad, aparecen hoy en la portada de La Nueva España unos jóvenes "cogiendo olas" en un mar contaminado por aguas fecales, y a su lado una foto de Montoro en "Busca y Captura", acusado de dañar a la economía asturiana.
La cloaca Gürtel ha reventado violentamente para acabar con España; y sus oleadas de detritus ya están cubriendo a los miembros del gobierno.

Todo se precipitó con la llegada del milenio. El siglo XX vino trufado de dolor y lucha. Cansados de andar, los listos de turno buscaron un atajo: les dieron cancha a unos locos y usaron su locura destructiva para hacerse con los mandos de la nave, "por seguridad". Y a partir de ahí, desde la ventajosa posición de tener el telemando en sus manos, nos preparan una faena tras otra, a ver si tiramos de una vez la toalla de la virtud...

Me da arcadas, pero tengo que tragármelo, ese rancho amargo de LaPrensa diaria. Pasa algo en mi calle y soy testigo; llego a mi casa, lo leo en Internet y me repugna: pero ¿qué me estáis contando? Y así, día tras día.
La gran noticia de la aprobación de los Presupuestos nos llegó desfigurada. En vez de grandes titulares aparecieron en las portadas comentarios casuales, como si el despliegue principal ya hubiera tenido lugar días atrás y al presente sólo tocara  comentarlo. Ese modo sibilino de informar lo había inaugurado la Gaceta y ahora es fielmente seguido por la cABCera informativa -viscosaurio policéfalo mutante. Ésta es como una hoguera voraz que arrasa con todo, verdades y mentiras, virtudes o vicios; subsidiaria de las calderas de Pedro Botero, nada la frena en su siniestra misión de agotar las energías de esta parte de la humanidad que lucha por su vida en España. Cuando decae la temperatura de su horno, aguijonea a los balrog de turno para avivar las llamas de nuevo y tener contento a Melkor.
Hace cuatro años, esa legión de sicarios persiguió a Rajoy con saña, pero él, de tierra de meigas y bien aplomado, resistió sus ataques y consiguió zafarse de todas sus emboscadas. En aquella ofensiva, que pretendía desollarle a él y desolar el país, exhibieron su fuerza los espectros del anillo, significándose dos de entre ellos, que hicieron alianza: los Riveránchez y Sanchivera. Su siniestra pinza estuvo a punto de desbaratar todo lo que con tanto esfuerzo sumaron generaciones de españoles, y sólo el conjunto de virtudes de nuestro lider y la sensatez del pueblo consiguió salvarnos del desastre.
Al día siguiente de la aprobación de los Presupuestos, con la misma sordina informativa, escuchamos a través de las ondas las respuestas de un Presidente gris a las preguntas de un divo de la radio. Por la exigua cuota de presencia de Rajoy en los medios, aquella entrevista nos hizo pensar a algunos que el trabajo esforzado del ejecutivo iba por fin a ser más valorado. Pero ¡ay! qué pronto vino, y qué grande fue el desengaño. Apenas unas horas más tarde, el formidable golpe al PP de la espada de la justicia nos robó el aliento y los débiles ecos de la mortecina charla radiofónica acrecentaron aún más la pena y la preocupación por el futuro de España.
El bando azul perdía alfiles, caballos y peones, y el rey quedaba en jaque. En un sobre naranja, lacrado en rojo, se ponían condiciones: Dimisión de Rajoy o guerra a muerte al PP.
Al día siguiente se anotaba en el Registro de las Cortes una Moción de Censura al Gobierno. Las rotativas de la cABCera echaban humo con furiosas acusaciones al Presidente y con aparatosos gestos de indignación. Los espectrales Riveránchez y Sanchivera se lanzaban de nuevo a la conquista de la Corona Católica de la Tierra Media. Con sus espuelas chorreando sangre, cabalgaban ya por la llanura enarbolando los pabellones del odio y azuzando a las hordas de orcos despiadados.
La angustia de aquel año y medio sin gobierno en España, hostigados desde afuera y desde dentro por rabiosas jaurías invisibles, ha vuelto a retorcer mis entrañas. Las afrentas a nuestra convivencia que encabezó Rivera con su obsceno oportunismo, y las tensiones con que nos acogotó Sánchez con su insidiosa terquedad, están aún demasiado vivas como para olvidarlas. ¿Qué escondían entonces sus mentes y qué les hace ahora tener la desfachatez de mostrarse como paladines de la justicia?
Llevo ocho años poniéndome en riesgo denunciando faltas de la administración y he sabido de primera mano que la justicia española deja mucho que desear. Y por eso me pregunto ¿a quién le conviene que se dé por buena la demoledora sentencia del caso Gürtel? ¿Quién y por qué nos quiere hacer creer que la financiación irregular de los partidos es el más execrable crimen imaginable?
Para empezar, no conocemos su contenido. Cada cual es libre de confiar en quien le parezca pero, mirándolo objetivamente, la situación de la justicia es más bien  para dudar, ya que los propios que tienen esa encomienda se han echado a la calle para protestar por las presiones que les impiden ejercerla con libertad y por su falta de medios. No tenemos ninguna seguridad de que se trate de una sentencia justa. El ex-edil de la supuesta trama que "cantó" y "disparó el caso", apareció en la cABCera avalando el juicio, como argumento concluyente de la limpieza del proceso, en un nuevo acto de desprecio al recto entendimiento del pueblo soberano.
Qué hay de las pistas seguidas, de las tramas urdidas y de las personas involucradas en ellas; qué hechos resultaron probados y con qué datos; qué investigadores inteligentes ataron tan bien los cabos que lograron cazar a tan avezados granujas; ¿qué pasó, por ejemplo, con Cospedal, a la que al poco de sentarse en Fuensalida puso Bárcenas contra las cuerdas y desde entonces subió tanto? Y, en fin, ¿dónde está toda esa información precisa que se ofrece a un pueblo culto y responsable para blindarlo frente a la mentira?
Pensando en esas cosas no puedo evitar recordar que con el atentado de Atocha, tres días antes de unas elecciones generales, pasó el gobierno de las manos del PP a una minoría exigua del PSOE. Muchos expertos calificaron la campaña informativa de aquella época como una de las mayores manipulaciones mediáticas de la historia... y el modo de hacer política cambió desde entonces una barbaridad.
El conocimiento detallado del fallo judicial se trocó por arte de birlibirloque en el debate sobre la sustitución de Rajoy. Y hay que tragárselo. Es urgente abordar la regulación de los derechos y deberes de la industria de lo que se publica. Porque los intereses de algunos nos salen carísimos a la mayoría, sobre todo a la mayoría que quiere vivir honradamente de su trabajo. No sólo por la ignorancia a que nos abocan los sesgos informativos, sino por las ingentes pérdidas que nos suponen los caminos errados por los que nos conducen. Antesdeayer se conoció el fallo, unas horas más tarde la Moción; ayer se nos pasó en blanco con la final del Madrid, y hoy nos despertamos con la cara de Feijóo en las portadas de la cABCera. Impresentable.
Los magnates de LaPrensa toman el ruedo ibérico como si fuera su corralito y está claro que no nos quieren, que son enemigos de la España de bien y orden, de Rajoy ... y de los que quieren enterarse de las cosas. Con la excusa de esa sentencia les faltó tiempo para poner a sus voceros a clamar al cielo, como si el cielo les importara mucho. Unos del PP roban en Pernambuco y se levanta un monumental tsunami a las puertas de la Moncloa.
Y si resultara probado que el PP sufragaba sus campañas con dinero negro o de dudosa procedencia, qué tendría eso de nuevo -a parte de que sea punible. ¿No hacen todos lo mismo? ¿Cómo se sufragan C's y Z's? En la Fundación Fíate llevamos cinco años pidiendo a las autoridades un local para atender a alumnos con dificultades y aún no nos lo han concedido; desde su presentación oficial, en que hubo foto y promesas, ni un renglón en los periódicos, ni un minuto en las ondas. En cambio Cs abre vistosos locales en buenas zonas de las ciudades, aparece triunfalmente en los medios un día sí y otro también, le dan permiso en los ayuntamientos -tal y como el nuestro- para sacar módulos de oficinas a los paseos y hacerse cercano a los ciudadanos... ¿con qué paga esa imagen tan honorable un partido que dio a conocer a su líder posando desnudo con una mano delante y otra detrás, y que no ha dado a España hasta ahora más que problemas?
El mensaje que nos lanza LaPrensa es que el PP es agua estancada que no deja que otras más claras (sanchece's) fluyan libremente. Sin embargo, entre la gente corriente se tiene la opinión de que, en cuanto a honradez, todos los políticos son parecidos; y que claro que hace falta más limpieza pero ¿de dónde va a salir?.
Los medios insisten en que la clave está en un cambio de Presidente. Sustituyendo "la cara rancia" de Rajoy por la de Feijóo, Rivera o Sánchez, se solucionaría el problema. La pega es que, como la ética no es cosa de apariencias, es muy probable que pasados unos meses estuviéramos peor que antes. Si el fin de la moción fuera "hacer limpieza", se me plantea una duda. Imaginemos que se quedan sólos en la Tierra, con todos sus recursos actuales, una pareja culta y bien avenida ¿se acabaría la corrupción? Decir que sí sería afirmar que el problema es económico, y decir no nos metería en filosofías. Extrapolando, el mal de España sería o bien económico o bien educativo, pero en ningún caso de la pinta del Presidente. La cuestión es que al actual ocupante de la Moncloa le casan bastante bien las cuentas y al mismo tiempo piensa que la educación es importante. Y ésta es la clave de por qué Rajoy resulta inconveniente para LaPrensa.
Cohabitando en un mundo limitado, a todos nos afecta la tensión entre el bien común -el Bien- y el bien individual; y cuánto más escaseen los recursos, más nos afecta. Los peces grandes confían en su dinero y no piensan en gastárselo en la educación de los peces chicos (no fuera a ser que esa jugada también les reportara beneficios y su vida cambiara). Ellos, los grandes, mandan en los partidos -los costean y los manejan- y en los países, o casi; y sólo aceptan que se hable del bien común para garantizarse su bien particular. ¿Quién es el guapo que se va a atrever a chistarles? Esta es la pregunta del millón, o sea, ¿cómo cambiar al ser humano? Ahí es nada. Que no nos vengan con milongas de marcas de partido agotadas, de presidentes no creíbles o de guapos con nuevos aires. Si tú, querido lector, echas de menos un cambio, hay alternativas (puedes leer este verano mi libro La Brisa del Alcázar, por ejemplo, y te aseguro que además de entretenerte te sacará de la rutina) pero en ningún caso te recomiendo que votes a Cs.
Rajoy está demostrando ser un líder de pies a cabeza. Está aguantando carros y carretas, llevando el timón en el período más confuso y convulso de toda la historia de nuestra joven democracia. Los problemas del país no vienen de él ni de su partido; son los problemas de la vida, de ese interrogante que nos cuelgan al nacer: y yo ¿qué hago? ¿por dónde voy, de quién me fío? ¿es lícito robar, odiar, matar? ¿hay escapatoria? y finalmente ¿tengo que votar al que me promete el oro... o es más cierto que si siembro con lágrimas cosecharé entre cantares?
Antes de este ciclón mediático -o ciscón cismático- llevábamos muchos días de sequía informativa y de pronto las pantallas se cubrieron de maleza y se hizo imposible distinguir nada, salvo el balón de fútbol.¡Basta ya! ¡No somos tontos! Esta situación es, a la luz de la reciente historia, indicio suficiente para considerar que sigue en marcha un serio intento de desestabilizar a España. Dar por hecho, sin que se conozcan sus términos, que la sentencia Gürtel justifica otras elecciones, es un acto de encubrimiento de una acción bastarda y hay que pedirle responsabilidades a LaPrensa. Y pasar por alto, como si fuera cosa del "postureo", el rasgado de vestiduras de Riveránchez, es taparse la cara para no ver la verdad: que esos líderes son en realidad títeres que buscan tomar el país para instaurar en él un régimen que premia la villanía y castiga la honestidad.
¿Queremos una España virtual - la que nos cuentan- o la España virtuosa que no hace ruido pero con la que puedes contar? A vueltas con el himno español, los que amamos la España generosa y sincera, tenemos la obligación de cantar bien alto los versos primero y último -al menos- de la letra más conocida de la Marcha Granadera: ¡Viva España! ... de trabajo y paz.










Comentarios

Entradas populares de este blog

¡LUZ Y TAQUÍGRAFOS!

ALUMNOS

PROVOCACIÓN (publicado en agosto del 22, y revisado después)