AVISO PARA NAVEGANTES

Cuando te crees seguro...alguien te vigila

No es raro que cuando empieza un mundial dejen de interesar las cuestiones políticas. Está muy extendida la idea de que la vida es para disfrutarla y que el trabajo que uno hace, bien merece un descanso; y disfrutar de un fútbol de altura, a las puertas del verano, es una buena forma de relajarse. No es este el momento de cuestionar esa mentalidad tan extendida aunque sea necesario; si traigo esto a colación es sólo para enmarcar mi reflexión.
Las tres últimas elecciones generales las ganó el PP de Rajoy contra pronóstico y con una fuerte propaganda en contra. Lo votaron una mayoría de españoles que no eran ni más tontos, ni más soberbios, ni más corruptos, ni más fanáticos que el resto, sino gente corriente que eligió el mal menor. 
La mayor parte de la corrupción -de unos y de otros pero resaltada la del PP- ya había salido a la luz para desestabilizar a Rajoy y aún así, la gente votó al PP. Hay una herencia en España que molesta a muchos. Es una forma de vida que implica conocimiento y virtudes y que nos previene del engaño y la impostura. 
Aunque nos machacaron con la necesidad de una regeneración, el pueblo sabe que del mundo a esta parte sólo caben dos tipos de personas: los santos o cuasi, y los que se doblan ante el dinero; sabe también que de los primeros hay muy pocos y que, salvo honrosas excepciones, no suelen meterse a políticos. Y por esto no es tan fácil hacernos creer que ahora va a venir menganito a limpiarlo todo. Más bien sucede al revés, que están dispuestos a creer eso los que a cambio sacan tajada.
Y volviendo al PP. Una palmaria injusticia le arrebató el derecho a gobernar. Y otra no menos sangrante le privó de expresar su indignación en los medios de comunicación (vuelvo a decir que es urgente regular sus derechos y obligaciones y su carácter de servicio público). Ese silenciamiento es cómplice de un proyecto político que no entiende de siglas sino única y exclusivamente del interés propio.
Si como digo, la mayoría de españoles eligió contra viento y marea y repetidamente al PP de Rajoy en un momento de madurez democrática -porque en casi 40 años la mayoría de esos votantes ya habíamos visto muchas cosas-, eso quiere decir que, a no ser que se nos fuerce a otra cosa, hoy volveríamos a votar lo mismo. Porque en el momento del golpe, no sólo Rajoy no había hecho nada para merecer que le retiráramos la confianza, sino al contrario, ya que aguantó casi dos años una situación incomodísima para cualquier gobernante y la aguantó dando muestras de una muy abnegada actitud de servicio, con ejemplar conducta cívica y devolviendo bien común por mal personal. Dicho lo anterior, nadie puede negar que la forma de retirarle el mando constituyó un abuso flagrante y que el pretexto usado para ello no se sostiene desde ningún punto de vista. Es fácil que lo sucedido pase a la historia como el alarmante error que puso en evidencia la extrema debilidad de una forma de organización social agotada llamada democracia.
Es urgentísimo reparar el desgarro que el egoísmo y el desmedido afán de poder han causado en nuestro tejido social.
El abc se muestra cauto estos días. Ya ha visto que dar por bueno lo que Sánchez ha hecho es una obscenidad y que meterse en la casa del PP es otra. Y esto último lo supongo yo porque, a poco que se ha asomado, ya se le ha visto el plumero; que si tumbó a Rajoy no fue para poner a otro en su lugar que comulgue también con esa 'tradición odiosa' que hace que los españoles, por la vía de la sencillez y la sobriedad, sean un pueblo fuerte y poco manipulable.
En el abc de hoy es el señor Margallo quien -tal vez por resentimiento-, con arrogantes expresiones denigra ("vigilo sus movimientos...") a quien por justicia tendría que ponerse al frente del gobierno.
La cABCera apoya claramente a Núñez. Del mismo modo que en cuatro años no se encuentra una sola foto de Rajoy en que haya salido favorecido, con los preferidos de abc sucede lo contrario, las imágenes los enaltecen muy por encima de lo que valen. Y ahora es el turno del líder gallego. Pero también con palabras lo viene ensalzando, aunque discretamente. Y por supuesto, esto nos confirma que el estilo de este diario es barrer para casa y que en la evolución y el desenlace de los últimos acontecimientos tiene grave responsabilidad.
Repito, es urgente reparar la ofensa cometida contra la democracia. Procede devolverle al grupo popular que ganó las últimas elecciones el derecho que naturalmente le corresponde a gobernar. Y aunque, lamentablemente, ya ha habido un daño irreparable en ese sentido, al truncar la carrera del presidente cuando más frutos estaba dando, a ese daño se podría añadir otro similar si, por la misma vía de influir en la opinión pública o por otras más ocultas, se altera la actual distribución de fuerzas entre los que tienen que convencer de ser los más indicados para garantizar la supervivencia de España en estos tiempos turbios, o lo que es lo mismo, garantizar la continuidad de un programa de gobierno democráticamente elegido y a prueba de afrentas, programa que, por cierto, estaba demostrando, y, paradójicamente, más que en otros partidos, estar tomándose en serio el perseguir la falta de honestidad y coherencia política.

Aviso para navegantes: Si te vas a sumergir en el mundial, no te duermas del todo; recuerda que los ladrones trabajan sobre todo por las noches. 

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