DE ASTROLABIOS Y CALEIDOSCOPIOS

El caleidoscopio emplea un artificio para obtener visiones deleitosas

Debido a las propiedades de la luz, al pasar por un tubo preparado con vidrios y espejos, se consiguen múltiples irisaciones de hermoso aspecto. Este juguete que encandila a los niños es el símil adecuado para describir lo que pasa con el abc. Si lo lees con ojos de niño te quedas 'encantado' y, como se dice ahora, fidelizado. Su truco consiste en que para una única realidad, saca visiones diversas del gusto de todos.
Antes del mazazo Gürtel, catalizaba el malestar general aplicando un prisma a la observación de las acciones de gobierno. Según colocara el filtro obtenía críticas del gusto de la oposición parlamentaria o críticas del gusto de la oposición interna, y su saldo, desprestigiando al Presidente, era siempre favorable. 
En esta última quincena vio necesario vestir de normalidad la felonía de Sánchez para evitar que la deseada situación de descalabro gubernamental revirtiera pero, una vez recobrado el pulso normal -con el arranque del mundial las constantes se dan por controladas- le ha dado media vuelta al tubo de cristales y ha transformado maravillosamente sus páginas de prensa amarilla en la voz señera que examina concienzudamente la realidad de un país de orden, con crítica al gobierno pero respetuosa, en nada parecida a la mendaz mirada al defenestrado Rajoy. 
Este giro a prensa seria lo podemos ver en la portada de hoy, donde aparece un Urdangarín afligido. La imparcialidad de la Justicia que quedó dramáticamente cuestionada en nuestro fuero interno por la abrumadora condena aplicada a vulgares delincuentes, aparece restablecida por todo lo alto en su dignidad con el envío a prisión del cuñado del rey. Y algunos 'plumas' serviles y bien pagados se deshacen en halagos a tan noble señora de ojos vendados y templada espada.
El detestable sesgo que en los últimos años empujaba sin clemencia al gobierno hacia el acantilado se torna ahora, de repente, en aplomado juicio que advierte de la peligrosa inconsistencia del actual gabinete. Con ecuánime visión apacigua los inquietos ánimos de los que, sin mucha consciencia de ello, todavía añoran la estabilidad perdida, sembrándoles al tiempo la esperanza de recuperar la cómoda silla de antes.
En realidad, sus sesudos comentarios, preñados de sentido de Estado, hilan evidencias y lugares comunes echando un tupido velo sobre sus verdaderas intenciones. Pero no hay por donde pillarlo: Destapa inflexible contradicciones e incumplimientos; denuncia improvisaciones y oportunismos; resalta la falta de visión y coherencia de las medidas de gobierno; se anticipa a los grandes temas sociales con hondura y sentido histórico y pone, en fin, el dedo en la llaga de deplorables ambiciones personales y partidistas.
En un abrir y cerrar de ojos, hábilmente, como el que no quiere la cosa y nada tiene que ver con el asunto, va predisponiendo a la opinión pública para que juzgue como inaplazable un nuevo encuentro con las urnas. Y una de dos, o sale de ellas un PP caleidoscópico y supercalifragilístico o sale un naranjazo relumbrón y deslumbrante que nos dejará ciegos para el resto de nuestros días.
El abc y su amo aspiran a llevar el timón de nuestro barco y determinan su rumbo por medio del astrolabio que maneja el director. Pero ese cuadrito que todos los días vemos en 'la dos' del abc, no marca las coordenadas que llevan a un puerto seguro, sino las que conducen al retortero de vientos que destrozan 'las naves de Tarsis' y dejan al pasaje a merced de los aviesos carceleros de las 'mazmorras de Argel'.
El engaño es contumaz; también lo podemos ver hoy mismo: en apenas 200 palabras encadena una retahila de insinuaciones insidiosas, detonantes súper-elaborados, montados sobre una explosiva matriz de insatisfacción y visceralidad a base de tópicos y rencores. Dice un párrafo: "La democracia no empieza cuando se gana una perversa moción de censura, ni termina con un gobierno de probeta..." Pero esa verdad, que es el sentir de muchos, puede, según se exprese, ser motor de un cambio a mejor o derivar en confrontación ciudadana. La prudencia obliga a tener cuidado, máxime a los que por su oficio pueden hacer oscilar la balanza a uno u otro lado y, lamentablemente, en los textos de D. Bieito Rubido, esa moderación brilla por su ausencia.
Definitivamente, el astrolabio del abc tiene una aguja bien torcida. Dios nos libre de fiarnos de él.

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