TIEMPO DE LUCHAR

Mirad los lirios del campo y las aves del cielo
Sigue el oscurantismo en torno a los votantes y compromisarios del PP, que tienen en su mano derribar todos los obstáculos a la impostura de Dondín o frenarlo por un poco más de tiempo. Un exiguo 7% de afiliados, con sabe Dios qué intenciones y qué incentivos, fueron escoltados hasta las urnas con la impresionante responsabilidad de acabar con España -en su esencia- o darle un balón de oxígeno. Y entretanto Dondín no estaba precisamente tumbado en una hamaca esperando a ver qué hacían esos peones...
Su impaciencia quedó manifiesta en aquella portada maliciosa en que suprimió a Soraya para que con el cabreo no reparáramos en que a Casado se lo había sacado de la manga con el truco del máster dudoso y ahora nos lo estaba enjaretando -Cospedal sacrificada por el Gürtel- para completar su colección de títer-líderes. Mientras tanto su pérfido plan iba avanzando a toda pastilla: agentes de género degenerantes-eutanasia-división interna-empobrecimiento alarmante... un gran país reducido a la nada, y sin un disparo.
Al término del escrutinio, ante los micrófonos, Cospedal nos confundió: habló con un tono enérgico y vivaz, no como alguien que en plena madurez política tiene que renunciar a culminar su carrera, sino como alguien que acaba de conseguir su más grande éxito; y compartió con todos su felicidad, paladeándola, rememorando lentamente "su triunfo" dándonos los datos exactos de su derrota con una voz clara, sonora y auto-complaciente. Y a continuación, en su delirio, se acordó magnánima de los que tuvieron que pringar en las mesas, como hacen los triunfadores en sus agradecimientos. Y para disimular hoy el fallo, el abc da como noticia que Soraya alabó el esfuerzo de los militantes, intentando despistar así a los que estuvieran mosqueados con el patinazo de Dolores... pero la cosa cantó demasiado:
Casado y Dolores o Dolores y Casado, están en el tándem de DonDín mano a mano. Son uno y no dos. Por eso el triunfo del uno lo celebra la otra. Está claro. Y ahora le harán la cama a Soraya, que es tanto como hacérsela a España, y ahí se acabará la breve película de la democracia en nuestro país. 
Es hora de despertarse del sueño. Los que aún creen que vale la pena luchar por un futuro de paz y bien para España, tienen que ser valientes y decir lo que de verdad piensan, porque la impostura es tan grosera que todos la vemos aunque muchos callan. Y el miedo no es más que humo; porque sólo Dios manda, sólo Él es el dueño absoluto de la vida y la muerte, y nos tiene dicho que ni un solo cabello de nuestras cabezas se cae sin su permiso. Hay que dar la batalla ahora, SIN ODIO, lo repito de nuevo, y sin miedo. 

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