LA PAZ

También la paloma de la paz extiende sus alas y forma una cruz


Hoy celebramos en el Cole el Día de la Paz. Los niños habían coloreado medallones, banderines y palomas. Algunos siguieron mi consejo y enrollando un folio pegaron en él su banderín e iban por ahí agitándolo tan contentos. Salimos del cole a las 10:45 en filas. Todos los alumnos, empezando por los más pequeños, caminaron hasta la Plaza del Ayuntamiento, con gran dicha y alborozo. 
De camino, la gente disfrutaba con tan inocente desfile, y yo me acordaba de aquellos tiempos de la Transición al cantar con ellos “La Muralla” de Victor Manuel y Ana Belén. 
El día era soleado aunque con una fresca brisa que a la sombra incomodaba; pero ellos en la plaza soleada y con el calor que mutuamente se daban, gozaron un montón. 
Agitaban sus banderines y simulaban el vuelo de sus palomas mostrando su entusiasmo por las poesías que los alumnos más destacados declamaban ante el respetable.
Los ancianos tomaban el sol en los bancos y vecinos en sus quehaceres se paraban un momento a contemplar el espectáculo. De los comercios salían también clientes y dueños a hacer un paréntesis en la jornada laboral. 
Yo ahora estoy de Apoyo, así que mis alumnos del primer trimestre, al verme, se alegraron un montón y querían saludarme todos muy contentos. Eso me gustó, claro, aunque también me daba pena de que las autoridades educativas promuevan estas actividades y luego no sean coherentes con ellas en su práctica profesional. Pero el día era para alegrarse ¡vaya! Y allí los neófitos poetas hilvanaban versos contra la guerra con mucho acierto y mucha fe. ¡Qué falta hace ese ánimo en estos tiempos! 
Los niños crecerán más sanos y fuertes si tienen experiencias de gozo y paz en la infancia. De modo que estas actividades son necesarias pero tenemos que acompañarlas de un trato confiado hacia ellos, quitarnos miedos de encima y afrontar los problemas del día a día con la confianza de que el mundo está bien hecho si lo creemos, que Su Diseñador es el mejor y que si lo reconocemos, allí donde nosotros no alcancemos a mejorar las cosas, su mano poderosa alcanzará y lo hará. Porque Dios nos ama y Él es el inventor de la Paz Total, que es el invento más sublime que se conoce, para el cual le bastaron dos maderos y tres clavos. ¡Bendito sea Dios, bendito sea su santo nombre! ¡Viva la Paz!


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