¡ESCUCHA!

¡Ama la Vida y ama al Amor!


¡Buenos días a todos! “Dios es cariñoso con todas sus criaturas” (Sal 144) ¿Se dan cuenta? En eso se condensa su infinita bondad. No hay “bestia humana” que no reciba su amor. Pero lo que todavía es más grande es que, ostentando ese record en solitario durante una eternidad, un día lo pulverizó, haciendo sitio a su lado a una muchedumbre laureada incontable, los Santos, encabezados por Jesucristo. El programa electoral ganador está claro. Una nación será fuerte y próspera cuánto más se acerque a esa meta: Amar como Dios.
Para eso hace falta amar con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas. ¿Queda algo humano al margen de este eslogan? Su desarrollo está contenido en las páginas de la Historia de Nuestra Era: Un combate constante entre las fuerzas del Espíritu y los instintos de la carne, con cruentas batallas pero con un balance de veinte siglos de bendiciones.
El Espíritu sigue mandando hoy desde una cruz. Levanto la vista del papel y veo el cielo azul cruzado por la huella blanca de un avión que transporta corazones amantes al encuentro de otros que los esperan. Veo un bosque de pinos, un monte de olivos y un molino, en espacios protegidos por las leyes humanas. Veo carreteras transitadas por coches impulsados por el deseo de una vida en paz de trabajo y amor. Y a todo lo que veo le acompaña el sufrimiento cotidiano que causa el egoísmo. Pero el sol brilla en lo alto, y con las últimas lluvias está fecundando el campo para que en primavera florezca.
La vida humana es eso: gozar de la bendición de Dios hasta ser uno con Él en el postrero día; aprendiendo la ciencia de la Cruz que saca oro del estiércol, brillo del óxido de la finitud; que vence los incesantes obstáculos que con retorcidas razones ponen en nuestro camino los enemigos de la Cruz para frustrar nuestra esperanza. Ellos, “cuyo dios es su vientre, cuya gloria son sus vergüenzas, y cuyo paradero es la perdición” (S. Pablo) traman continuamente el mal y renuncian a obrar sensatamente.
No está lejos Dios de los que le buscan, y más pronto que tarde, terminan éstos por reconocerle a su lado. Y cuanto más enzarzado esté el camino más próximo estará Dios; porque se compadece de nuestras caídas y de nuestros desgarros y en nuestro desvalimiento nos llama con voz trémula y suplicante para aliviar nuestro dolor. Si uno camina, camina en Dios. Y si camina, ya está en la Verdad aunque aún no la vea; y ya está en la Vida, aunque esté envuelto en sombras. Porque Jesucristo es el Camino y la Verdad y la Vida.
Cuando uno ansía amor, está en camino y el sol está a punto de romper las brumas que atenazan su corazón. Si persiste en ese afán, se irá sobreponiendo al temor y crecerá en conocimiento y fortaleza. Con la ayuda de la paciencia que es la madre de todas las virtudes, un humilde labriego, un trabajador de una fábrica, un parado, encontrarán sentido a su vida y cuando el Padre los llame a vivir con Él para siempre, su cuerpo terreno volverá a la tierra… y polvo serán, más polvo enamorado.

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