MI EFECTO MARIPOSA, MODESTIA APARTE

Que cada cual construya según sus fuerzas 
Llegué a la mitad del concierto y lo vi soso. En medio de la muchedumbre, yo, que estaba solo, me encontraba aún más solo. Entonces me fui adelante, al pie del escenario. Me llamaron la atención las luces y grabé un video corto para FB. Miré a mi alrededor (donde se supone que están los más entusiastas) y vi el mismo ambiente: gente aplastada por sus fantasmas; agarrados a un vaso y agonizando; seres con el pensamiento colonizado por los agoreros a sueldo de los nuevos esclavistas... tras unos instantes me dije a mí mismo: ¿cómo se puede estar así en una verbena? para este velatorio, conmigo que no cuenten; voy a disfrutar. Y empecé a dejarme llevar por la música. Desinhibido, mi cuerpo se movía libremente según la inspiración del momento, procurando disfrutar de ese rato de libertad. Las canciones de amor me parecían sinceras y entrañables; las composiciones musicales, equilibradas... así que yo estaba feliz. A mi lado había unas niñas con sus padres que, con su naturalidad, se admiraban de verme, y hasta me grabaron con sus móviles. Después de un rato, me animé a hacerme humano y me di cuenta de que, como no podía ser de otra manera, la gente me miraba de reojo; aún así seguí en lo mío, aunque ligeramente más cortado por el peso de las miradas... un ejercicio de autodominio para superar esa carga y ¡ale! a seguir bailando... y dando ejemplo de cómo vivir de verdad, de otra manera... no porque yo fuera mejor sino porque Dios lo quería y me daba la fuerza para hacerlo. Pronto empecé a tomar contacto con la gente... las mujeres primero, porque a ellas les cuesta muchísimo más estar paradas ante la emoción musical... y vi cómo empezaban a moverse y a mover a sus maromos... Sonreí a algunas que se reían, hablé con otras que se fueron y volvieron al poco con una copa... intercambiamos guiños cómplices... las dejé allí... vinieron las de la sonrisa y se lo agradecí... pero les dejé claro hasta dónde quería yo llegar... en éstas se me puso delante uno de la panda de al lado con un vaso en la mano para decirme que yo era el "Número 1"... hay en España mucha gente noble... le di un abrazo y sacó el móvil para hacerse un selfie, momento que aprovechó una de las chicas sonrientes para meterse en la foto... La gente había cambiado de actitud por completo y el grupo también... la cantante nos contó cómo habían disfrutado de la ciudad y empezó a estar en su salsa y metiendo en ella a su equipo... un dúo de guitarras en la presentación de los músicos, un guiño al público por uno que era toledano, un "OÉÉÉ, OÉ, OÉ, OÉÉ..." a un fuera de serie que no quería salir de bambalinas y al final salió en un gesto inédito para él... en fin, buenas vibraciones y contacto de corazón entre todos... lo que es una fiesta, donde se celebra lo que tenemos de bueno en común.
Yo me fui muy contento y paré el coche en una isleta para escribir en FB ese sentimiento y darle las gracias al Ayuntamiento.
Esta mañana, después de dar la vuelta al valle, me paré en un quiosco a mirar las portadas de los diarios, y vi una reseña en La Tribuna de Toledo que ponía que en la Peraleda se habían reunido dos mil personas para escuchar los éxitos de los 90 "del siglo pasado" a cargo de Modestia Aparte. ¡Caray! -pensé- he metido la pata diciendo en FB que había estado en el concierto de Efecto Mariposa, como no sigo la música actual no me aclaro... No pasa nada, escribiré una nueva entrada titulada MODESTIA APARTE, diciendo que con mi actitud había dado una prueba de la existencia benéfica del llamado EFECTO MARIPOSA.
Luego vi que no, que, efectivamente, había disfrutado con Efecto Mariposa y que Dios me había usado para mostrar que dicho Efecto existe y tiene su origen en su infinito AMOR.
Y para los que quieran ampliar esta noticia voy a pegar ahora mismo en mi muro una entrada antigua del blog de Fíate que se titula "Tsunami de Amor". ¡FELICES FIESTAS, TOLEDANOS!

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