TIEMPO DE GRITAR

Pende una amenaza siniestra sobre nosotros... No es imaginación, sino la realidad que la razón anuncia.

¿A qué se debe que estando yo denunciando desde hace años la impostura infame que está desolando a la España católica, y teniendo 500 amigos en FB que llenan absolutamente mi pantalla de imágenes piadosas, no reciba más que uno o dos tímidos comentarios aprobatorios al año? Estoy dolido, claro que sí, y si no fuera porque encomiendo vivamente la mansedumbre de mi corazón a nuestra Madre la Virgen María, ya hubiera resbalado por la pendiente del resentimiento. Pero no, María me sostiene, piadosa siempre con los pecadores, y me alienta para ser como ella, dulce, paciente, humilde...

Me alienta, digo. Si a veces me impaciento, y se me nota, mis queridos hermanos, os ruego que me perdonéis y me creáis cuando os digo que mi firme propósito no es herir sino curar. Pero muchos confundís la caridad con la indolencia y rehusáis haceros violencia por el Reino. Si, amigos, sí. Decís: nosotros no somos Jesús, para poder tener una ira santa. Así que os calláis ante crímenes reales, prefiriendo "interpretarlos" según "bondadosos criterios". Y vuestra conciencia, y por extensión vuestro cerebro, se reblandece entre tanto almíbar.

Decís, Dios está por encima de todo y no dejará que nada malo nos ocurra. Pero ¿ponéis todo lo que está de vuestra parte para corregir humanamente el mal del que sois testigos? Creéis que sí, y buscáis consejo, y encontráis sacerdotes que os tranquilizan... aunque algunos lo hagan por tranquilizarse a sí mismos a su vez. Y decís también que Jesús no os habla personalmente, que lo hace por mediaciones, que si alguna vez creísteis que podía hablaros directamente a vuestro ser más íntimo, fuisteis engañados y sufristeis... que ¡ojo! que hay espíritus malos que se hacen pasar por ángeles de luz... y entonces lo consultáis todo siempre, que es lo más sabio... y acudís a sabios que saben mucho porque han leído mucho... y al final hacéis caso a los discursos 'fabulosos'... ¡que últimamente los dicta el diablo!

Hay un tiempo para cada cosa, y aquel tiempo que transcurría lento y era concebible disponer de largas horas para la lectura, es cosa del pasado. Los tiempos recios de hoy reclaman acción urgente, testimonio de vida. Nos han formado los sabios papas anteriores y ahora nos toca ¡el lío! Hay que dar la cara y exponerte a que te la rompan... porque si no, seguirán muriendo pobres, y su sitio lo ocuparán los que eran un poco menos pobres, que los matarán también, y así sucesivamente. Pero para cuando queramos darnos cuenta de esta realidad, ya será tarde, como decía el famoso poema sobre la tragedia de la II Guerra Mundial.

Hay una batalla trabada entre los partidarios de la Verdad y los de la Mentira, también llamada verdad con minúscula. Combaten bajo los pabellones de la Virtud y del Vicio. Y la batalla se recrudece por momentos.

Te enchufas a FB y sales espantado: Violencia, vicios, turbiedad, envilecimiento, comentarios que rezuman odio, disparates, absurdo sublimado... y como respuesta más cristiana, rasgarse las vestiduras. Pero no es eso lo que Jesús espera de nosotros, Él espera que de nuestra fe salgan respuestas maduras, razones convincentes, denuncias claras, posicionamientos firmes y coherentes con la fe, en fin, testimonios valientes que hagan ver que uno CREE de verdad en un Dios amigo que todo lo puede. 

En esta semana se ha elevado el tono amenazador ¡en los políticos! ¡madre mía, qué horror! Unos y otros removiendo el pasado por puro egoísmo y ¡haciendo ostentación de fuerza bruta! Políticos que han inventado una ley para aplastar a los que no piensan como ellos, que condena por odiar. ¡Qué sabrán ellos de juzgar odios si rechazan conocer al Amor, medida de todas las cosas!

Y ante esa barbarie ¿va a seguir la Iglesia callada? Es la hora de mostrar a todos el error de vivir de espaldas a Dios; es la hora de ser valientes; de mostrar el camino bueno; de defender la Verdad -de la Historia y de todo- sin acritud; de decir que España es católica... si es que aún lo es, y si no ¡apaga y vámonos!

Mirad cómo hablaban los parlamentarios del 36 y comparad: Discurso de Gil Robles en junio de 1936; acto seguido se fue de España. Intervención de Calvo Sotelo, líder de la oposición, al que asesinarían un mes más tarde.