MI PRIMO ALEJANDRO
Alejandro fue arrancado de la tierra de los vivos lleno de vida... Ya hemos enterrado a Alejandro, al lado de sus padres y de los míos. Crecimos juntos, como hermanos, compartiendo penas y alegrías, y se nos fue en un mes, con 61 años y lleno de ganas de vivir. Nos tenía acostumbrados a grandes sacudidas emocionales y su muerte fue la última de ellas. Se fue estrujándonos el corazón, dándonos un abrazo estrechísimo, colmadísimo, a la medida, por fin, de esas ansias de amor suyas que en vida le hicieron padecer tanto. Ahora puedo ver con claridad quién era esa persona que Dios me puso tan cerca, tanto tanto, que llegué a confundir su anhelo de amor con torpe egoísmo. Insaciable buscador de la verdad y la justicia, rendido admirador de la belleza; declarado defensor del culto reverente a la bondad, desfacedor nato de entuertos, Sanchijote por los cuatro costados. Venía a ti como vienen las olas del Mar Cantábrico, directas e impetuosas las más de las veces, tremendamente alzadas otras y,...