¡LUZ Y TAQUÍGRAFOS!
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| Cantos que saltáis como ranitas, montes que brincáis como cabritas... |
ENCUESTA ENECÉ REPOR
“¿Se fía Vd. de lo que dicen los medios de comunicación españoles?”
NO□ Sí□ Algo□ No sabe/No contesta□
... Pues tomen nota. Hoy mismo le leído esto en la prensa: “…la presidenta madrileña, sin renunciar a su legítimo deseo de competir por el liderazgo madrileño del partido, ya ha aceptado que Génova fije la fecha del congreso regional, que ella quisiera apresurar para afrontar la renovación pendiente. ¿Qué tiene eso de raro, si renunciamos a procesar las intenciones, deseos y terrores nocturnos de los actores del culebrón?”
Con esas palabras, el periodista está diciendo que los motivos de los que se oponen a Díaz son producto de sus imaginaciones calenturientas. Y todos los medios comparten esa visión: “Ayuso es inocente; Casado divide… ¡Y cómo divide!, añaden, ¡que va a acabar con la ventaja del PP!”. Les propongo un reto: Obtengan de Internet una imagen actual de Casado que le asocie a ‘futuro ocupante de la Moncloa’; una en que esté posando, por ejemplo, en despacho noble al lado de la bandera. Les aseguro que les va a costar. Y si superan esa prueba, caerán en la segunda: Saquen de la hemeroteca alguna imagen de ese mismo tipo, pero de Rajoy en los tres últimos años de su mandato… misión imposible, yo ya lo intenté. A Rajoy tardaron tres años en fulminarlo, a Casado les va a costar menos porque ya tienen práctica. Lograron engatusarlo para que hiciera una oposición blanda a lo que iba a perpetrar la asociación de malhechores unida para acabar con España; pensaban que sería fácil y rápido, pero como aún no han terminado, y el tinglado de Sánchez ya no se sostiene, tienen que rematar la faena con la 'derecha', pero no la medio decente de Casado sino la montaraz de Díaz Ayuso.
Me hago cruces cuando oigo a hermanos en la fe alabar el nombre de esta lideresa. ¿Qué ven en ella?
1. Que puso a Madrid por delante de Barcelona
2. Que lo limpió de Covid
3. Que lo tiene claro
4. Que arrasó a Gabilondo
5. Que está con los autónomos
6. Que tiene estilazo
7. Que le planta cara a quien sea
8. Que sabe vender, hasta en Nueva York
9. Que, a diferencia de Casado, sabe hacer oposición
10. Que es mujer, de derechas, joven, guapa, lista y valiente…
La primacía de Isabel Díaz Ayuso (IDA, para abreviar) es inapelable, puesto que si mis hermanos en la fe, que tienen infrarrojos de serie, la ven así ¿qué no verán los que carecen de luz? Imposible convencerlos de que lo que brilla en esta mujer es un espejismo… Sin ir más lejos, si en su primer año y medio –el del covid- era rancia de aspecto y casi muda, ¿cómo es que de pronto ha pasado con toda naturalidad a ser una crack en moda y estilo? ¿cuál es su verdadera personalidad? Todo en ella resulta, cuando menos, desconcertante.
Con esas palabras, el periodista está diciendo que los motivos de los que se oponen a Díaz son producto de sus imaginaciones calenturientas. Y todos los medios comparten esa visión: “Ayuso es inocente; Casado divide… ¡Y cómo divide!, añaden, ¡que va a acabar con la ventaja del PP!”. Les propongo un reto: Obtengan de Internet una imagen actual de Casado que le asocie a ‘futuro ocupante de la Moncloa’; una en que esté posando, por ejemplo, en despacho noble al lado de la bandera. Les aseguro que les va a costar. Y si superan esa prueba, caerán en la segunda: Saquen de la hemeroteca alguna imagen de ese mismo tipo, pero de Rajoy en los tres últimos años de su mandato… misión imposible, yo ya lo intenté. A Rajoy tardaron tres años en fulminarlo, a Casado les va a costar menos porque ya tienen práctica. Lograron engatusarlo para que hiciera una oposición blanda a lo que iba a perpetrar la asociación de malhechores unida para acabar con España; pensaban que sería fácil y rápido, pero como aún no han terminado, y el tinglado de Sánchez ya no se sostiene, tienen que rematar la faena con la 'derecha', pero no la medio decente de Casado sino la montaraz de Díaz Ayuso.
Me hago cruces cuando oigo a hermanos en la fe alabar el nombre de esta lideresa. ¿Qué ven en ella?
1. Que puso a Madrid por delante de Barcelona
2. Que lo limpió de Covid
3. Que lo tiene claro
4. Que arrasó a Gabilondo
5. Que está con los autónomos
6. Que tiene estilazo
7. Que le planta cara a quien sea
8. Que sabe vender, hasta en Nueva York
9. Que, a diferencia de Casado, sabe hacer oposición
10. Que es mujer, de derechas, joven, guapa, lista y valiente…
La primacía de Isabel Díaz Ayuso (IDA, para abreviar) es inapelable, puesto que si mis hermanos en la fe, que tienen infrarrojos de serie, la ven así ¿qué no verán los que carecen de luz? Imposible convencerlos de que lo que brilla en esta mujer es un espejismo… Sin ir más lejos, si en su primer año y medio –el del covid- era rancia de aspecto y casi muda, ¿cómo es que de pronto ha pasado con toda naturalidad a ser una crack en moda y estilo? ¿cuál es su verdadera personalidad? Todo en ella resulta, cuando menos, desconcertante.
Oigo decir en las tabernas: “Del cerdo me gusta hasta la conversación y de Ayuso hasta la mascarilla…”, “¡cada día está más guapa, la condenada...!”, “¡pero ¿qué comerá?, la muy bribona...!”
Ciertamente hay en los españoles una tensión vital entre lo carnal y terreno y lo espiritual o celeste; no por casualidad nació El Quijote en esta tierra. Ya en la época de Santa Teresa iban los caballeros a la reja a pasar la tarde… y quizá alguno pasase también la reja; y cuenta ella en sus memorias que coqueteó con ‘el mundo’ hasta los cuarenta y bastantes, dándole la espalda a Dios muchas veces… lo que luego le costaría lágrimas. Volviendo a Díaz y los cristianos, y partiendo de la base de que ya nadie cree en los políticos, ahí van una serie de razones para dudar también de Isabel Díaz.
¡Atención al dato! Años 80 y 90: Un chute de democracia ¡barra libre para todos! España vivía como en los locos años 20, ¡demasiao pal cuerpo! Diez años después (¡España, no pares!) seguíamos viviendo todavía a todo tren y los políticos aseguraban que íbamos fenomenal... Hoy, sin embargo, España es un despojo. ¿Traición o pura mala suerte?...
“Isabel no es una líder de cartón-piedra sino una persona corriente, savia nueva, lo que quiere la gente. Funcionó lo nuevo con Rivera, que saltó a la fama posando desnudo; funcionó con Iglesias, que llegó a Moncloa metiéndose la camisa dentro de los pantalones; y funcionará con Isabel Díaz, que es una tía normal. Y punto…” (Redondo)
El ABC ya la ha ‘nombrado’ Presidenta del Gobierno. En esta vieja cueva del periodismo no se da puntada sin hilo, y ya le ha dedicado un gran reportaje en páginas centrales de su semanal a esta señora. Más que reportaje, una semblanza novelada, un relato lleno de tópicos, medias verdades y añagazas; un cuento de hadas para almas cándidas. Pero de esto hablaré otro día.
Partamos de la base, simplificando el asunto, de que prensa y políticos siguen el guion dictado por un siniestro acaudalado que tiene un plan para gobernar el mundo; 'un señor' que está como Mateo con la guitarra con su juguete digital, ‘la video-consola que lo puede todo'. Tiene prisa, lógicamente, por ponerla a funcionar y hacer realidad su sueño. El tal 'señor', arrellanado en su sillón, eligió la más directa de las propuestas que le hicieron para ejecutar su plan -la 'vía plandemia'- aunque tuviera un riesgo muy alto de siniestralidad.
Todos los países -a la fuerza ahorcan- pactarían por lo bajini su adhesión al plan. En España habría de salvarse el escollo del mayor arraigo de la fe católica, una cultura familiar más asentada, con lazos personales más fuertes que costaría desatar (porque el éxito del plan depende de dividir). Por esa razón, el trabajo previo de movimiento de tierras ha sido aquí más farragoso que en otros países de nuestro entorno, y el martillo demoledor, más grande y más violento (véase La Demolición, de Rosa Díez). Como un reloj de precisión actuó el mecanismo: D. Julio Ariza empujó al gobierno legítimo de Rajoy al barranco; Rivera e Iglesias reventaron el bipartidismo; las redes secuestraron la mirada crítica del personal; y suma y sigue. Finalmente, España tiene un gobierno de políticos mediocres, cuya utilidad para ‘el proyecto’ consiste principalmente en su falta de escrúpulos.
Del juego sucio de nuestro megalómano 'señor' forma parte la presidencia de Sánchez: él pone 'el rostro', y el Asesor de turno que le adosan, coordinado con los medios, le dice lo que tiene que hacer. *[Y otro tanto cabe decir del líder de la oposición. El Pagador de ambos personajes junto con la Prensa, ellos y sólo ellos, 'se lo guisan y se lo comen todo'; y preparan deba(sura)tes con las sobras].
Ciertamente hay en los españoles una tensión vital entre lo carnal y terreno y lo espiritual o celeste; no por casualidad nació El Quijote en esta tierra. Ya en la época de Santa Teresa iban los caballeros a la reja a pasar la tarde… y quizá alguno pasase también la reja; y cuenta ella en sus memorias que coqueteó con ‘el mundo’ hasta los cuarenta y bastantes, dándole la espalda a Dios muchas veces… lo que luego le costaría lágrimas. Volviendo a Díaz y los cristianos, y partiendo de la base de que ya nadie cree en los políticos, ahí van una serie de razones para dudar también de Isabel Díaz.
¡Atención al dato! Años 80 y 90: Un chute de democracia ¡barra libre para todos! España vivía como en los locos años 20, ¡demasiao pal cuerpo! Diez años después (¡España, no pares!) seguíamos viviendo todavía a todo tren y los políticos aseguraban que íbamos fenomenal... Hoy, sin embargo, España es un despojo. ¿Traición o pura mala suerte?...
“Isabel no es una líder de cartón-piedra sino una persona corriente, savia nueva, lo que quiere la gente. Funcionó lo nuevo con Rivera, que saltó a la fama posando desnudo; funcionó con Iglesias, que llegó a Moncloa metiéndose la camisa dentro de los pantalones; y funcionará con Isabel Díaz, que es una tía normal. Y punto…” (Redondo)
El ABC ya la ha ‘nombrado’ Presidenta del Gobierno. En esta vieja cueva del periodismo no se da puntada sin hilo, y ya le ha dedicado un gran reportaje en páginas centrales de su semanal a esta señora. Más que reportaje, una semblanza novelada, un relato lleno de tópicos, medias verdades y añagazas; un cuento de hadas para almas cándidas. Pero de esto hablaré otro día.
Partamos de la base, simplificando el asunto, de que prensa y políticos siguen el guion dictado por un siniestro acaudalado que tiene un plan para gobernar el mundo; 'un señor' que está como Mateo con la guitarra con su juguete digital, ‘la video-consola que lo puede todo'. Tiene prisa, lógicamente, por ponerla a funcionar y hacer realidad su sueño. El tal 'señor', arrellanado en su sillón, eligió la más directa de las propuestas que le hicieron para ejecutar su plan -la 'vía plandemia'- aunque tuviera un riesgo muy alto de siniestralidad.
Todos los países -a la fuerza ahorcan- pactarían por lo bajini su adhesión al plan. En España habría de salvarse el escollo del mayor arraigo de la fe católica, una cultura familiar más asentada, con lazos personales más fuertes que costaría desatar (porque el éxito del plan depende de dividir). Por esa razón, el trabajo previo de movimiento de tierras ha sido aquí más farragoso que en otros países de nuestro entorno, y el martillo demoledor, más grande y más violento (véase La Demolición, de Rosa Díez). Como un reloj de precisión actuó el mecanismo: D. Julio Ariza empujó al gobierno legítimo de Rajoy al barranco; Rivera e Iglesias reventaron el bipartidismo; las redes secuestraron la mirada crítica del personal; y suma y sigue. Finalmente, España tiene un gobierno de políticos mediocres, cuya utilidad para ‘el proyecto’ consiste principalmente en su falta de escrúpulos.
Del juego sucio de nuestro megalómano 'señor' forma parte la presidencia de Sánchez: él pone 'el rostro', y el Asesor de turno que le adosan, coordinado con los medios, le dice lo que tiene que hacer. *[Y otro tanto cabe decir del líder de la oposición. El Pagador de ambos personajes junto con la Prensa, ellos y sólo ellos, 'se lo guisan y se lo comen todo'; y preparan deba(sura)tes con las sobras].
Una lluvia pertinaz de misiles propagandísticos fracturó España, empoderando a indepes y a oportunistas finos como Iglesias y Rivera. De aquella, redes y medios hicieron de Rajoy el fantoche de feria contra el que disparar para expulsar adrenalina… justo cuando estaba currándose a tope la sutura del descalabro económico que provocó Zp. Acto seguido, soliviantado el personal con denuncias -previamente pactadas- de corrupción de ‘la derecha’, la prevaricación del juez De Prada le propinó a Rajoy la patada de gracia que le defenestró. Tomando aquella impresentable sentencia como la verdad absoluta de Rajoy, la bandada de buitres mediática se arrojó en picado sobre su cadáver. Con ‘cinco líneas' despacharon el asunto de 'la prueba de su culpa', y con los despojos aún calientes, se pusieron a hablar del ilusionante futuro del PP (si alguien en ese partido se escandalizó, no nos lo contaron). Aquello fue el verdadero y gran Golpe de Estado de la Democracia, flagrante delito de Alta Traición. Perpetrado con premeditación, nocturnidad y alevosía, pasó como incruento, pero desató ‘los ríos de lava tóxica’ que están arrasando con todo lo plantado durante generaciones en España. Los medios contaron que venía por fin la regeneración moral de la política (¡esperpéntico!)… y se pusieron a hablar de la moción como si de vida democrática normal se tratara… una locura. Y cuando la moción encumbró al hombre de paja que hoy nos preside, la prensa, de un lado y de otro, se tiñó, sin ruborizarse lo más mínimo, de color de rosa, dando bombo al títere guaperas con reportajes frívolos, para adormecer al personal en sus tumbonas… *[Cuatro años después, tendidos y rendidos en las mismas tumbonas, ellos rematan el escarnio, en umbríos humedales de hidras, decidiendo el relevo adecuado para empujarnos definitivamente a la prisión digital]
Mientras eso pasaba, Mr. X sonreía de medio lado con destellos de oro en la boca. Y como hormigas, los creadores del siniestro 'videojuego', al tiempo que alzaban la marioneta de Sánchez, ya le estaban preparando una sustitución adecuada, conscientes de que a tal figura mediocre le correspondía un corto recorrido. Le habían encomendado destruir todo lo que se moviera, y le pusieron al lado gente ducha en las mañas de la codicia y con muchas tragaderas. Y Sánchez no falló, porque su especialidad es obedecer al que le paga.
Treinta toneladas de leyes de muerte saldrían de noche de la Moncloa para sembrar devastación, treinta palés con una misma marca: PPS (Protocolos de Protección Sistémica; pensados para PPSOE, aunque compatibles con PP y PSOE). Contenían la Ley de protección de los menores; la de protección de los mayores y enfermos; la de protección de los consumidores; las preparatorias para la protección de los no-nacidos; las que protegen a los que se sienten mal en sus cuerpos; la aprobada tan solo hace dos meses, lucero de una democracia sana, que Registra pulcramente los hechos Civiles, y que, por brillar por su ausencia, protegió excelentemente la extraña muerte de cientos de miles de españoles; también vieron la luz la de protección de los autónomos, las que protegen los derechos de los 'incapaces', los datos personales, los hechos objetivos del pasado, las condiciones para el futuro de la ciencia, para el 'buen uso' de las redes, etc. etc. etc. Protección, protección y protección… ¡el lobo vigilando el gallinero!
El gobierno -con la connivencia de la cámara- preparó dos Estados de Alarma inconstitucionales para poder hacer impunemente todo este trabajo de destrucción social. La abyecta norma, que hizo cómplices a millones de españoles por el miedo a represalias, atribuyó poder a los barones en contra de lo establecido en la Orgánica Ley de Alarma, que expresamente dice que "la Autoridad Única en un Estado de Alarma reside en el Gobierno de la Nación", lógico precepto cuando se trata de combatir un gran peligro común. Y con ese respaldo (i)legal perpetrarían las instituciones del Estado el desmantelamiento del tejido económico y del entramado de garantías político-sociales. Para ese golpe, como el ladrón que mientras mete en el saco las joyas cuenta con que sus compinches lo están esperando con el coche en marcha, los medios de comunicación, y traidores varios, se las ingeniaron para apartar la mirada del pueblo del gobierno impostor, con mil tretas viles… de entre las cuales destaca sobremanera la de proyectar sus focos sobre un insignificante personaje para, haciéndolo crecer prodigiosamente ante nuestros ojos, hipnotizarnos y llevarnos mansamente al retortero de la cárcel digital.
Aún humeaban los crematorios de Madrid cuando la inocente corderita se atrevió, nada menos, que a disolver la asamblea madrileña. ¡Qué latín no sabrá esta mujer para pechar con semejante hazaña! Primero, porque sabía perfectamente que la Autoridad que usaba en el momento de dar su campanazo no se la concedía la Ley Española, sino los burladores de la misma. Segundo, porque tenía pegada a sus talones la sombra de ser la presidenta del epicentro de la 'más cobarde catástrofe natural' conocida en el mundo. Tercero, porque no existía ningún motivo lícito conocido, comunicado, ni real, que justificara su patada al caldero. Y cuarto, porque se echaba a la espalda su propio pasado turbio, el fulgurante ascenso de su juventud, y su vergonzante medrar al lado de cierta líder innoble, a la que la prensa cita por su hidalgo apellido para que su fama no manche a la elegida.
El caso es que el prodigio funcionó, y en el estribo del coche de esa mafia que expolió a España vienen disparando sus teclados los sicarios de la Prensa, para crear la ilusión de una nueva heroína que matará al villano, la cual, en realidad, tiene por misión hechizarnos para que no ofrezcamos resistencia a los que nos quieren meter en el zulo digital, del que sólo por un milagro podremos salir vivos.
Ahora mismito, a punto de rematar a los últimos autónomos mediante la subida de la luz, las cuotas, el transporte, el coste del material, etc. etc., con la faena del derribo prácticamente terminada, mientras maquillan apresuradamente la inconstitucionalidad de las alarmas para salvar la imagen de las instituciones, como si la pifia hubiera sido robar una gallina, le va llegando el momento a la elegida. Hoy, exhaustos, saturados de mentiras, trabajos, encierros y amenazas, cuando tenemos el cerebro hecho puré y ya no alcanzamos a ver más que lo puramente externo de las cosas, aquella presidenta que salió, como últimamente se estila, de no se sabe qué pasado político; aquella que, por estar ansiosos de un salvador de la patria hasta tragaríamos que fuera ella la que nos puede salvar; y, en fin, aquella que, por joven, guapa y vestida con billetes –he aquí la cizaña que pierde al trigo limpio español- tiene todas las papeletas para que la demos por buena, ha empezado a agitar ya por lo bajini -que esa es su verdadera ‘especialidad’- las aguas políticas, para adelantar el final de esta macabra farsa, que exhala ya el tufo del muladar en el que nos quieren enterrar.
[*Publicado en noviembre del 21, este articulo fue actualizado el 2 de noviembre de 2022; nueve meses después de la destitución de Casado como jefe del PP.]
Mientras eso pasaba, Mr. X sonreía de medio lado con destellos de oro en la boca. Y como hormigas, los creadores del siniestro 'videojuego', al tiempo que alzaban la marioneta de Sánchez, ya le estaban preparando una sustitución adecuada, conscientes de que a tal figura mediocre le correspondía un corto recorrido. Le habían encomendado destruir todo lo que se moviera, y le pusieron al lado gente ducha en las mañas de la codicia y con muchas tragaderas. Y Sánchez no falló, porque su especialidad es obedecer al que le paga.
Treinta toneladas de leyes de muerte saldrían de noche de la Moncloa para sembrar devastación, treinta palés con una misma marca: PPS (Protocolos de Protección Sistémica; pensados para PPSOE, aunque compatibles con PP y PSOE). Contenían la Ley de protección de los menores; la de protección de los mayores y enfermos; la de protección de los consumidores; las preparatorias para la protección de los no-nacidos; las que protegen a los que se sienten mal en sus cuerpos; la aprobada tan solo hace dos meses, lucero de una democracia sana, que Registra pulcramente los hechos Civiles, y que, por brillar por su ausencia, protegió excelentemente la extraña muerte de cientos de miles de españoles; también vieron la luz la de protección de los autónomos, las que protegen los derechos de los 'incapaces', los datos personales, los hechos objetivos del pasado, las condiciones para el futuro de la ciencia, para el 'buen uso' de las redes, etc. etc. etc. Protección, protección y protección… ¡el lobo vigilando el gallinero!
El gobierno -con la connivencia de la cámara- preparó dos Estados de Alarma inconstitucionales para poder hacer impunemente todo este trabajo de destrucción social. La abyecta norma, que hizo cómplices a millones de españoles por el miedo a represalias, atribuyó poder a los barones en contra de lo establecido en la Orgánica Ley de Alarma, que expresamente dice que "la Autoridad Única en un Estado de Alarma reside en el Gobierno de la Nación", lógico precepto cuando se trata de combatir un gran peligro común. Y con ese respaldo (i)legal perpetrarían las instituciones del Estado el desmantelamiento del tejido económico y del entramado de garantías político-sociales. Para ese golpe, como el ladrón que mientras mete en el saco las joyas cuenta con que sus compinches lo están esperando con el coche en marcha, los medios de comunicación, y traidores varios, se las ingeniaron para apartar la mirada del pueblo del gobierno impostor, con mil tretas viles… de entre las cuales destaca sobremanera la de proyectar sus focos sobre un insignificante personaje para, haciéndolo crecer prodigiosamente ante nuestros ojos, hipnotizarnos y llevarnos mansamente al retortero de la cárcel digital.
Aún humeaban los crematorios de Madrid cuando la inocente corderita se atrevió, nada menos, que a disolver la asamblea madrileña. ¡Qué latín no sabrá esta mujer para pechar con semejante hazaña! Primero, porque sabía perfectamente que la Autoridad que usaba en el momento de dar su campanazo no se la concedía la Ley Española, sino los burladores de la misma. Segundo, porque tenía pegada a sus talones la sombra de ser la presidenta del epicentro de la 'más cobarde catástrofe natural' conocida en el mundo. Tercero, porque no existía ningún motivo lícito conocido, comunicado, ni real, que justificara su patada al caldero. Y cuarto, porque se echaba a la espalda su propio pasado turbio, el fulgurante ascenso de su juventud, y su vergonzante medrar al lado de cierta líder innoble, a la que la prensa cita por su hidalgo apellido para que su fama no manche a la elegida.
El caso es que el prodigio funcionó, y en el estribo del coche de esa mafia que expolió a España vienen disparando sus teclados los sicarios de la Prensa, para crear la ilusión de una nueva heroína que matará al villano, la cual, en realidad, tiene por misión hechizarnos para que no ofrezcamos resistencia a los que nos quieren meter en el zulo digital, del que sólo por un milagro podremos salir vivos.
Ahora mismito, a punto de rematar a los últimos autónomos mediante la subida de la luz, las cuotas, el transporte, el coste del material, etc. etc., con la faena del derribo prácticamente terminada, mientras maquillan apresuradamente la inconstitucionalidad de las alarmas para salvar la imagen de las instituciones, como si la pifia hubiera sido robar una gallina, le va llegando el momento a la elegida. Hoy, exhaustos, saturados de mentiras, trabajos, encierros y amenazas, cuando tenemos el cerebro hecho puré y ya no alcanzamos a ver más que lo puramente externo de las cosas, aquella presidenta que salió, como últimamente se estila, de no se sabe qué pasado político; aquella que, por estar ansiosos de un salvador de la patria hasta tragaríamos que fuera ella la que nos puede salvar; y, en fin, aquella que, por joven, guapa y vestida con billetes –he aquí la cizaña que pierde al trigo limpio español- tiene todas las papeletas para que la demos por buena, ha empezado a agitar ya por lo bajini -que esa es su verdadera ‘especialidad’- las aguas políticas, para adelantar el final de esta macabra farsa, que exhala ya el tufo del muladar en el que nos quieren enterrar.
[*Publicado en noviembre del 21, este articulo fue actualizado el 2 de noviembre de 2022; nueve meses después de la destitución de Casado como jefe del PP.]
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